Programa

CULTURA

El acceso a bienes culturales nos permite desarrollar nuestra sensibilidad, enriquecer nuestra comprensión del mundo, mejorar la calidad de nuestra convivencia y estimular un ejercicio más creativo de nuestra libertad. Por eso, el primer objetivo de las políticas culturales debe consistir en ampliar ese acceso a todos los uruguayos. Para lograrlo, hace falta superar muchas insuficiencias y generar un cambio de mentalidad.

Buena parte de la infraestructura cultural (por ejemplo, una proporción significativa de los museos) está en mal estado y funciona sin un propósito definido. Montevideo sigue concentrando una enorme proporción de los recursos, instalaciones y actividades. Áreas muy vitales de la vida cultural han recibido menos apoyo que otras más próximas a las preferencias del oficialismo. El manejo poco profesional de los mecanismos concursables ha generado una pérdida de legitimidad ante buena parte de los actores culturales. Las políticas de promoción de la cultura no tuvieron coordinación con las políticas educativas; de este modo se perdió la posibilidad de aprovechar al sistema educativo formal como herramienta para la promoción de la cultura, al tiempo que se perdía la oportunidad de apelar a las prácticas culturales para dar más atractivo a la educación formal.

También hay importantes fortalezas en las que apoyarse. Uruguay ha contado históricamente con una diversa e importante matriz cultural, cargada de valiosas acumulaciones. Hemos tenido y seguimos teniendo, en las distintas disciplinas, artistas reconocidos por su profesionalismo, calidad  y trayectoria. Además, contamos con una importante red de recursos que pueden ser movilizados para impulsar políticas culturales. Entre ellos se cuentan: la alta escolarización de la población, la fuerte penetración de Internet, la existencia del SODRE con sus cuatro cuerpos estables, la existencia de diversos medios de comunicación (el Servicio de Comunicación Audiovisual Nacional, SECAN) y de un importante acervo cultural en manos del Estado (por ejemplo, el Museo Nacional de Artes Visuales y sus más de 6500 obras).

Nosotros creemos que la política cultural debe ser pluralista, amplia, integrada, abierta al exterior y ponderativa de nuestras mejores acumulaciones. Por eso debe estar libre de todo sesgo político partidario, ideológico o dogmático. Nos interesa fomentar la excelencia de diferentes tradiciones y fomentar el acceso de personas con baja predisposición al consumo cultural, sin pretender dirigir sus opciones ni determinar sus preferencias.

ACCIONES A IMPULSAR:

 

  • Reorganización institucional

 

La institucionalidad cultural es desordenada y difícil de comprender, tanto para los ciudadanos como para los propios actores culturales. Existen vacíos, superposiciones y disfuncionalidades. Hace falta adoptar una mirada de conjunto e intentar un reordenamiento global. Algunas de las acciones que nos proponemos impulsar en este terreno son las siguientes:

  • Reestructura de la Dirección Nacional de Cultura del MEC, que deberá pasar a funcionar en cinco áreas: Música, Artes Escénicas, Letras y Publicaciones,  Artes Plásticas y Visuales, y una nueva Coordinación de Actividades Culturales a ser creada en coordinación con los gobiernos departamentales, recogiendo y ampliando la experiencia del Departamento de Ciudadanía Cultural y de la Dirección de Programas Culturales. Esta reestructura, que debe ir acompañada de la consiguiente redistribución de funcionarios y contratación de técnicos idóneos, permitirá superar algunos desequilibrios actuales. Por ejemplo, hoy existe un Instituto Nacional de Artes Escénicas pero no existe nada equivalente para la música, pese a que ésta genera el 90% de la facturación de las industrias culturales.
  • El programa Centros MEC será profundamente revisado. Hay que reducir burocracia, hacer un uso de recursos más eficientes y despolitizar la gestión. Se trabajará para que el programa funcione como un instrumento de descentralización. En ese marco es esencial fortalecer la coordinación con los gobiernos departamentales. Se realizará un análisis de impacto de la intervención y del uso de recursos, en especial durante el último período de gobierno.
  • El SODRE funciona con un modelo obsoleto. Los valores que representa deben ser atendidos y su acción debe extenderse a todo el país. Su modelo de gestión debe ser actualizado, hace falta construir puentes con los actores culturales públicos y privados,  y se deben diversificar sus fuentes de ingresos. Hace falta dotarlo de un Departamento de Finanzas y Captación de Fondos, y de un Departamento de Marketing y Comunicación (hoy existen al menos cuatro equipos de comunicación que funcionan sin coordinación entre ellos).
  • Debe procurarse una relación fluida entre el  MEC y el Consejo Directivo del SODRE, desde lo económico hasta lo artístico,  y rendir cuentas de los recursos que maneja, incluyendo mediciones de impacto que hoy no existen. Se necesita un diseño estratégico que permita llegar con la programación a toda la ciudadanía y convertir a los Auditorios en espacios sustentables. También debe estar en contacto con instituciones pares a nivel internacional y poder integrarse a sistemas de políticas culturales internacionales.
  • Es necesario implantar en el SODRE una cultura de gestión orientada a la excelencia. La tarea empieza por la debida selección del personal técnico en todos los ámbitos del instituto. También hay que revisar la duplicación de cargos en los cuerpos estables en otras dependencias estatales con similar actividad artística.
  • Hace falta potenciar el sistema de comunicación del SECAN, que hoy tiene mucha capacidad de llegada pero muy bajas audiencias. Se buscarán acuerdos con los medios privados de comunicación (no imponiendo sino promoviendo sus políticas de Responsabilidad Social Empresarial) y se coordinará con ANEP y el sistema universitario, para generar formas de articulación con la acción educativa.

 

  • Fondos públicos

 

Hoy existe una diversidad de fondos públicos destinados a promover el arte y la cultura. Están los fondos de la Música (FONAM) y del Teatro (COFONTE). Está el Fondo Concursable para la Cultura creado por la ley Nº 17.930 de diciembre de 2005. Están el Fondo de Estímulo a la Formación y Creación Artística (FEFCA) y los Fondos de Incentivo Cultural. En el caso del cine encontramos el FONA y el ICAU. Además hay diversos premios como el Premio Nacional de la Música o los Premios Nacionales de Literatura, entregados por la Dirección de Cultura del MEC, o los premios Figari otorgados por el Banco Central.

En este conjunto de instrumentos hay desequilibrios y contradicciones. Los métodos para tomar decisiones varían y no tienen los mismos niveles de legitimidad y reconocimiento. Los montos de los premios difieren, aun cuando son entregados por la misma repartición.

Nos proponemos definir una política global de apoyo a la actividad cultural que unifique procedimientos, diversifique las fuentes de financiamiento y dé garantías a todas las partes. Con el fin de democratizar el acceso, realizaremos campañas de difusión y actividades de formación (presenciales y on line) dirigidas a artistas que no tengan las destrezas necesarias para presentar propuestas y solicitudes de financiamiento. Nos proponemos diseñar un código de ética a ser suscrito por quienes participen en jurados y mecanismos de seguimiento mucho más minuciosos.

 

  • Plan MAB (Museos, Archivos y Bibliotecas)

 

Si bien ha habido avances en algunas áreas, el estado y formas de utilización de los museos, archivos y bibliotecas públicas no llegan ser satisfactorios. Esto es parte de lo que explica el bajo número de personas que visita estas instalaciones, excepto en ocasiones especiales como el Día del Patrimonio o la Noche de los Museos, valiosas en sí mismas pero insuficientes para revertir una tendencia.  El MAB propone revertir este proceso con medidas como:

  • Evaluación sistemática de la red de museos públicos y elaboración de una estrategia global que permita un mejor aprovechamiento y conservación de los acervos, una modernización de las plantas físicas y de las propuestas de exhibición.
  • Reglamentar la ley que crea el Centro y Archivo del Diseño Gráfico, aprobada en agosto 2018. Otorgarle estatus de museo abierto al público.
  • Aprovechamiento de inmuebles en desuso, propiedad del MEC o de gobiernos departamentales, para alojar y exponer tesoros patrimoniales que hoy no están en contacto con el público (por ejemplo, el depósito de vestuario de teatro y ópera del SODRE, parte fundamental del patrimonio teatral y musical del Uruguay). Con algunas de estas colecciones pueden organizarse muestras itinerantes, con el fin de descentralizar el acceso a bienes culturales en todo el país
  • Definición de una política general de bibliotecas públicas que enfatice la orientación al usuario, la presencia en los barrios y el interior (para lo que es posible aprovechar los centros MEC) y el acondicionamiento de los espacios físicos a las características y necesidades de los usuarios.
  • Reestructura profunda de la Biblioteca Nacional, que debe afirmar su carácter de biblioteca patrimonial y de archivo, orientada a atender investigadores.
  • Mejor aprovechamiento de bibliotecas públicas subutilizadas, como la Biblioteca Central de Secundaria ubicada en el IAVA.
  • Destinar fondos para la actualización tecnológica y mantenimiento operativo de los archivos del Estado.
  • Actualización de los programas de formación para bibliotecarios y archivólogos, y apoyo a experiencias de formación en el área, como la emprendida por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República.
  • Fomentar la formación de Técnicos en Restauración.
  • Actualización de la formación de archivólogos, que hoy está casi exclusivamente concentrada en el producto y no tanto en los usuarios e investigadores.
  • Reordenación del sistema de archivos públicos, para evitar las dificultades de acceso y la superposición de archivos y de servicios.
  • Digitalización general de los archivos.

 

  • Plan de fomento de la lectura

 

Nuestro país pasa por un momento de debilidad de los hábitos de lectura. En Uruguay se lee poco, especialmente libros. El problema es más serio en el interior que en Montevideo (la capital duplica la tasa de lectura). En los últimos años, la cultura oficial no promovió la difusión del libro y se dedicó a promover a un reducido grupo de autores nacionales (en general elegidos por razones de afinidad política) en lugar de poner en contacto a las nuevas generaciones con la riqueza y variedad de nuestras letras. Frente a esta situación, nos proponemos:

  • Tal como se indicó más arriba, se creará en la Dirección de Cultura del MEC un área de Letras y Publicaciones, que recoja y supere la experiencia del antiguo Instituto Nacional del Libro.
  • Lanzar un plan de promoción de la lectura que, tomando como base la experiencia ya acumulada en esta área, haga un uso combinado de los soportes tradicionales (papel) con los nuevos recursos tecnológicos para llegar a las personas, a las familias y a grupos específicos como los docentes.. Se reditarán textos clásicos de las letras y el pensamiento uruguayo que se han vuelto de difícil acceso. Se desarrollará una política de difusión y estímulo (por ejemplo, a través de la Biblioteca Digital Ceibal, que es un recurso valioso hoy subutilizado).
  • En coordinación con ANEP, se promoverá la inclusión de cursos sobre autores y cultura uruguaya en los programas de estudio.
  • Se coordinará con la industria editorial un plan de promoción del libro.

 

  • Descentralización: Plan Cultura Uruguay

 

Gran parte de la oferta cultural sigue estando concentrada en Montevideo (y, más exactamente, en algunas áreas de la capital). Estamos diseñando un conjunto de acciones para revertir esa situación:

  • En el ámbito de la plástica, organizaremos muestras itinerantes en el interior con parte del acervo que está en Montevideo (por ejemplo, obras del MNAV). Esas visitas se coordinarán con las autoridades  educativas locales y con los responsables de los programas sociales de los gobiernos departamentales. Paralelamente se coordinará con los actores culturales locales, revalorizando el sentido de pertenencia y el proceso artístico.
  • Se dotará al SODRE de una política de descentralización que incluirá un plan de traslado de elencos, no sólo con el fin de realizar espectáculos sino también para desarrollar talleres de sensibilización y formación, en articulación con el sistema educativo.
  • Programas de visita a espacios urbanos de valor patrimonial en todo el país, también articulados con la educación formal y las políticas sociales. Apoyo a la Museografía Pública.
  • Uso intensivo de Internet y utilización del SECAN.
  • En un horizonte de 10 años, completar la remodelación de 30 salas teatrales en el interior y 10 en barrios de Montevideo, dotándolas de equipamientos acordes a sus características y necesidades.
  • Crear una red nacional de espectáculos vinculados a esas salas, mediante una adecuada coordinación con las direcciones departamentales de Cultura.
  • Promover la realización de eventos regionales, promovidos en forma simultánea por varios gobiernos departamentales.
  • Política de aprovechamiento intensivo de salas del interior del país, mediante la creación de un circuito que incluya vínculos con el litoral argentino y el sur del Brasil.

 

  • Cultura y educación

 

    Nos proponemos impulsar un plan de articulación entre la política educativa y las políticas culturales, cubriendo un vacío que ha sido muy visible en los últimos años. Para eso será esencial la coordinación con la ANEP, dado que el involucramiento de las autoridades educativas es esencial para revertir algunas situaciones (por ejemplo, que solo un 20 % de las escuelas cuentan con docentes de música). Algunas de las iniciativas a impulsar son las siguientes:

    • Coordinación con ANEP para la inclusión de cursos sobre autores y cultura uruguaya en los programas de estudio (ya mencionado como parte del Plan de Fomento de la Lectura).
    • Participación regular de alumnos de enseñanza primaria y media en los circuitos de Turismo Cultural (ver la sección correspondiente a Turismo).
    • Incorporar a la Matriz de Responsabilidad Empresarial un conjunto de estímulos dirigidos a que empresas privadas aseguren la presencia periódica en las aulas de escritores, dramaturgos, músicos, escultores, pintores, etc. que trabajen junto a los alumnos, favoreciendo la interacción directa en el hacer.
    • Se fomentará la cultura musical en los niños, ya que el aprendizaje musical estimula el pensamiento, favorece el desempeño en otras disciplinas y enriquece la propia formación. En coordinación con ANEP, se impulsarán  programas que motiven la formación musical y el aprendizaje de instrumentos. Hay ejemplos de buenas prácticas en la región, como el de Cateura en Paraguay.
    • Reconocimiento por parte del MEC de los programas de formación que existen dentro de SODRE. los egresados de las Escuelas del SODRE no reciben ninguna titulación con validez internacional. Las EFAS deben ser reconocidas como instituciones terciarias no universitarias, de modo que sus diplomas tengan valor más allá del propio SODRE. A su vez, todas las áreas de formación deben potenciarse con mejores instalaciones, revisión de planes de estudio y más inversión.

 

  • Impulsaremos, en coordinación entre el MEC e INEFOP, un área de estudio de luthiería y formación de luthiers.

 

  • Fomentaremos el estudio de instrumentos musicales ligados a nuestra tradición pero actualmente poco enseñados, como el bandoneón. En Argentina hay abundante experiencia en esta materia.

 

 

  • Facilitar la incorporación al mercado de empleo de quienes han decidido formarse en el área de la cultura. Se debe tender a que las direcciones de cultura, museos, casas de cultura, paseos culturales, etc. sean ocupados por gestores culturales, bibliotecólogos, museólogos y guías especializados.

 

  • Puente entre generaciones

 

En nuestra sociedad hay un buen número de artistas de sólida trayectoria, herederos de un legado y depositarios de saberes técnicos valiosos. También hay nuevas generaciones de juventud

con talento y voluntad creativa, que van recorriendo el camino hacia su propia madurez. Pero muchas veces faltan puentes entre esos dos mundos.

Nos proponemos crear un programa que cree lazos entre diferentes generaciones y asegure la transmisión de técnicas, rutinas y tradiciones. Se creará un registro de artistas de trayectoria que estén dispuestos a acompañar en calidad de mentores a artistas jóvenes que practiquen su misma disciplina. El acuerdo seguirá una lógica de mutua voluntariedad: el joven elegirá a su mentor y el mentor deberá dar su aceptación. Luego acordarán un programa de trabajo de un año. El MEC pagará una cantidad mensual al artista de trayectoria. Para el joven, recibir esa formación será gratis. Cada artista de trayectoria podrá ser mentor de hasta un máximo de tres jóvenes en forma simultánea.

Al final del año cada una de las dos partes deberá presentar un informe de cierre, en el que evaluará a experiencia y el desempeño de su contraparte. El acuerdo podrá renovarse una vez.

 

  • Cultura y actividad económica

 

Entendemos a la vida cultural como una actividad integrada a la vida de la sociedad y a la propia actividad económica. El aporte que la actividad cultura a la actividad económica del país ya es significativo y puede serlo más, en línea con lo que son las tendencias internacionales. Por eso importa explicitar y analizar la cuenta satélite de la cultura.

Entre otras iniciativas, fomentaremos el turismo cultural, a través de la cooperación entre el Ministerio de Educación y Cultura, el Ministerio de Turismo, los gobiernos departamentales y los operadores turísticos. El plan se construirá sobre el calendario de conmemoraciones y festividades, y apuntará a vincular la historia, el patrimonio y la geografía en circuitos que incluyan museos, espacios urbanos y centros culturales tanto públicos como privados. Se desarrollarán aplicaciones móviles para facilitar la tarea. Con este conjunto de iniciativas se aspira a generar un vínculo más reflexivo y más consciente con el entorno geográfico, al mismo tiempo que se fomenta el turismo interno y se generan oportunidades para artistas y otros agentes culturales (ver al respecto la sección dedicada a Turismo).

Apoyaremos los clusters editoriales, de música y del audiovisual, favoreciendo la articulación y el mejor aprovechamiento de oportunidades. Estimularemos las fábricas e industrias culturales, en coordinación con los gobiernos departamentales.

Como estrategia de generación de recursos para financiar estas iniciativas, concentraremos lo que hoy es un conjunto de acciones dispersas y con altos costos burocráticos en un régimen centralizado de devolución de impuestos para producciones extranjeras que decidan rodar en Uruguay y contratar mano de obra local. La idea se está aplicando en varios países como respuesta a la creciente búsqueda internacional de locaciones para filmar películas, cortos comerciales y series para televisión (algo que ocurre sólo de manera incipiente en nuestro país).

La llegada de una producción extranjera deja grandes beneficios: crece la demanda de alojamiento, servicios gastronómicos y transporte; hay empleo para personas que practican diversas profesiones y oficios (electricistas, carpinteros, modistas, iluminadores, peluqueros, tramoyistas, expertos en audio, maquilladores); se abren oportunidades bien remuneradas para artistas locales; se recaudan impuestos; se promocionan las bellezas naturales y los valores culturales del lugar, lo que frecuentemente tiene un impacto positivo sobre el turismo. Por esta razón, existe una creciente competencia para atraerlas.

Una de las herramientas más eficaces para generar ventajas competitivas es la devolución centralizada de impuestos El productor extranjero paga sus contrataciones y sus gastos a través de una institución financiera de plaza, respetando toda la normativa vigente (impuestos, tasas, aportes a la seguridad social). Una vez concluido el rodaje, el Estado devuelva un porcentaje sobre el total. El porcentaje de devolución en varios países se ubica en el entorno del 10%. Colombia, el país que tiene la devolución más alta, retorna el 40%. Pero lo que ocurre en todo el mundo es que este beneficio genera ingresos que están muy por encima de la renuncia fiscal. Nuestra propuesta es instalar este régimen, en una acción coordinada entre el Ministerio de Educación y Cultura, la DGI y el BPS.

 

  • Diplomacia cultural

 

Muchos países se sirven de su producción artística y cultural para ganar visibilidad y respetabilidad a nivel internacional. La llamada “diplomacia cultural” está sólidamente instalada, por ejemplo, entre los países europeos. Uruguay cuenta con las condiciones necesarias para desarrollar una estrategia de este tipo. Sus artes escénicas viven un momento muy favorable. Su tradición pictórica está entre las más ricas y sólidas del continente. Un uso adecuado de estas fortalezas puede ayudar a posicionar al país como productor de calidad artística y cultural, afirmando su identidad y mostrándolo capaz de articular con las complejidades del mundo actual.

Esto requiere una coordinación entre las políticas culturales y la política exterior, de la que surja una estrategia global a ser ejecutada dentro y fuera del país (los agregados culturales deberán jugar aquí un rol esencial).

El éxito de una iniciativa de este tipo requiere involucrar a los propios artistas, galeristas, marchands de arte y al propio Estado.

 

  • Ley del artista nacional

 

Desde el año 1938, los músicos han realizado aportes previsionales en forma discontinua, a través de la Asociación Uruguaya de Músicos, AUDEM y de la Federación Uruguaya de Músicos, FUDEM. En 1972 AUDEM deja de ser agente de retención del Banco de Previsión Social. A partir de 2008 existen las cooperativas COOPARTE, COOPAUDEM  y VALORARTE, que gestionan las actividades de los artistas y oficios conexos, y eventualmente se utilizan como herramienta regulatoria en el marco de contrataciones artísticas.

Pero este marco es insuficiente y atenta contra la profesionalización y la estabilidad económica de quienes se dedican a la actividad artística. Lamentablemente, sólo parte del Estado y algunos gobiernos departamentales cumplen la reglamentación vigente. Es necesario corregir  la Ley N° 18.834, sobre el Estatuto del Artista y Oficios Conexos, adaptándola a las condiciones actuales y extendiendo sus efectos.

 

  • Derechos de Autor

 

La Ley Haedo de 1937, sobre protección de los derechos de autor, creó las bases de una política pública en materia de incentivos a la producción literaria y artística. Su principio básico, vigente en todos los países que respetan la actividad cultural, es que los autores deben ser recompensados por la explotación de sus obras. Esto no sólo trae protección y justicia a los propios autores, sino que favorece la creatividad, el trabajo, la inversión, el crecimiento económico, la identidad nacional y la continuidad de las prácticas culturales.

Estamos a favor de la extensión del plazo de protección de los autores a 70 años y del fortalecimiento del Consejo de Derechos de Autor, que debe trabajar a favor de los derechos de los creadores, así como contribuir a la generación de recursos para financiar desarrollos culturales.

Hace falta introducir nuevas herramientas jurídicas que favorezcan la justa retribución a los creadores y la labor de las entidades de gestión colectiva de autores y artistas. De acuerdo con las mejores prácticas internacionales, la protección de estos derechos debe compatibilizarse con el aseguramiento de las condiciones de viabilidad de las diferentes industrias culturales (por ejemplo, establecer tasas máximas que fijen un tope a lo que puede ser percibido por la comercialización de una misma obra por el conjunto de las asociaciones de gestión colectiva).

 

  • Cultura para la convivencia

 

La calidad de la convivencia se ha deteriorado en estos años. Contribuir a recuperarla es parte de la acción cultural en sentido amplio. y estímulo de hábitos positivos. Nos proponemos impulsar desde el MEC, en coordinación con el MIDES y los gobiernos departamentales, un plan que apunte a una mejor convivencia, promoviendo el respeto, la diversidad, la tolerancia, la amabilidad, y el cuidado de los lugares públicos. Sumando a este último punto la utilización de la     Museografía Pública para enriquecer y valorar nuestros espacios de convivencia.

Parte de la estrategia consistirá en la difusión y reforzamiento de hábitos positivos. Para eso se utilizará el sistema de comunicación del SECAN, se coordinará con ANEP y se buscarán acuerdos con el sector privado.

Otra parte de la estrategia consistirá en servirse de la actividad cultural y artística para recuperar espacios de encuentro, generar inclusión y debilitar los ecosistemas urbanos en los que se reproduce la cultura de la violencia y el delito. Existen buenas prácticas a nivel internacional, como el Plan Nacional de Música para la Convivencia de Colombia, de las que se pueden extraer aprendizajes valiosos. La experiencia muestra, por ejemplo, los efectos positivos de una política de llevar escuelas de música a diversos centros poblados, motivando el aprendizaje individual y la participación grupal, por ejemplo, a través de coros.